El mundo de la moda está adquiriendo un ritmo tan frenético que en cierto modo ya no encuentro parte de su magia, puedo decir que me siento un poco desencantada y no porque no me guste lo que veo, el problema es que no tengo la capacidad de digerir tanta cosa deseable, pero lo que me preocupa todavía más es pasarme meses enteros pensando en alguna prenda o accesorio y que, cuando al fin, la adquiero, al día siguiente me digan que está "out", ¿acaso el apego que yo siento por ese objeto, bolso, abrigo o lo que sea, no es suficiente?.
Cuando era niña recuerdo disfrutar de las cosas, se me hacían más inalcanzables pero les sacaba verdadero partido, ¿y ahora?, ¿qué valor ocupan esas cosas?.
Seis meses son suficientes para que un bolso pase de estar en la cumbre a caer en el olvido, salvo excepciones, gracias a Dios, esas excepciones suelen tener siempre apariencia clásica.
Mi objetivo ahora mismo es hacerme con el armario ideal, que me dure más tiempo, para eso debe ir cargado de básicos y clásicos, el toque de modernidad prefiero dárselo con alguno de mis collares, que además últimamente los tengo olvidados y quizá ni eso, a saber, porque también me gusta ir despojada de todo.
Debo confesaros que en verano compro ropa con la intención de ir fresquita, vestidos bonitos y poco más, cuando disfruto de verdad es en invierno, siempre veo algún abrigo interesante, un trench o un bolso tentador, aunque este verano va a ser diferente, para empezar necesito con urgencia un vestido blanco o nude y otro negro.
Informales pero monos.
También me apetece uno vaquero, esto ya viene de lejos.
y unos jeans como estos y aptos para bajitas.
Para finalizar un par de sandalias monas y quizá estos zuecos zareros que ya me han entrado por el ojo y encima baratitos.
Con estas pocas prendas y todo lo que hay en mi armario no necesito nada más, solamente prepararme para disfrutar del buen tiempo, que ya va apeteciendo.